jueves, 27 de febrero de 2020

Ética y valores - Reducción y optimización de transporte

En muchas áreas urbanas, los vehículos de motor son los mayores responsables de la producción de ozono al nivel del suelo, un componente principal del smog. El ozono causa problemas importantes de salud pública, como tos, jadeos, falta de respiración y puede causar daños permanentes a los pulmones. Los autos también emiten varios contaminantes clasificados como tóxicos del aire, los cuales también dañan su salud. Los vehículos generan tres contaminantes importantes: hidrocarburos, óxido de nitrógeno y monóxido de carbono. Los hidrocarburos reaccionan con los óxidos de nitrógeno a la luz solar y un clima templado para formar ozono a nivel del suelo. Los óxidos de nitrógeno ayudan a formar la lluvia ácida. El monóxido de carbono es un gas mortal incoloro e inodoro que puede deteriorar las funciones mentales y la percepción visual, así como causar la muerte.

Los contaminantes son liberados cuando...

Se quema combustible en un motor de combustión interna y los residuos de gasolina en el aire son despedidos por el escape. El calor causa que el combustible se evapore debajo del cofre y por todo el sistema de combustible. Los días calurosos y soleados y calentar motores dejándolos funcionando proporcionan calor para evaporar el combustible al aire. Rellenar el tanque en la estación de servicio donde los vapores de gasolina escapan al aire. 
1. Sustituir el coche por la bicicleta. Las ciudades cada vez están más preparadas para el uso de la bici como medio de transporte y cada vez hay más personas que optan por utilizarla en su día a día. Y es que, además de cuidar el medio ambiente, sustituir el coche o la moto por la bicicleta tiene grandes beneficios para la salud:
  • Cuida el corazón: reduce el riesgo de infarto, los niveles de colesterol y el sedentarismo.
  • Fortalece las articulaciones y previene la artrosis.
  • Fortalece las defensas.
  • Previene el dolor de espalda.
  • Mejora nuestro estado de ánimo y combate el estrés y la ansiedad.
2. Ir caminando al trabajo o a otros destinos. Si tenemos la oportunidad porque las distancias no son excesivas y porque nuestra condición física nos lo permite, deberíamos aprovecharlo. Caminar es una de las mejores formas de mantenernos activos casi sin darnos cuenta. La recomendación para los adultos es hacer entre 8.000 y 10.000 pasos diarios. Si además, aprovechando que el cuerpo está activo por la caminata, optamos por subir las escaleras en vez de utilizar el ascensor, el beneficio para la salud se multiplica.
3. Utilizar el transporte público de manera activa. Sólo el trayecto hasta el metro o el autobús ya nos supone caminar un poco. Si además damos pequeños paseos mientras esperamos, aumentamos la actividad. Durante el trayecto, si nuestra condición física nos lo permite, podemos evitar sentarnos, ya que se gasta más energía y se refuerza el equilibrio. Y otro truco es subir y bajar las escaleras, evitando las mecánicas y los ascensores.
4. Aprovechar otras oportunidades para caminar. En nuestro día a día seguro que realizamos otras actividades en las que podemos aprovechar para caminar, como llevar a los hijos o a los nietos al colegio en el transporte público o andando, ir a la compra con el carro en vez de con el coche, etc.

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